El ‘Bocón’ fue una pieza fundamental para el camarín comandado por Mirko Jozic.

El 16 de febrero de 1991, en la inauguración de las torres de iluminación del Estadio Monumental frente a Racing de Avellaneda, Raúl Ormeño fue retirado del terreno de juego por una lesión tras trancar el balón con un jugador trasandino. El ‘bocón’ se perdería buena parte del torneo internacional producto de ese golpe. Sin embargo, fue una pieza fundamental para el camarín comandado por Mirko Jozic.

“Fue terrible”, dijo de entrada Ormeño. “Esperé esta copa toda mi vida, estuve 20 años en el Club y siempre estuve ilusionado en poder levantar la copa como capitán en el Monumental”, complementó. A pesar de lo difícil que fue quedarse fuera de la Copa, Ormeño aseguró que “así es el fútbol y las cosas en el fútbol a veces se dan de esta forma y hay que acatarlas no más”.
Fiel a su estilo, Raúl Ormeño igualmente se las ingenió para estar presente en algunos partidos. Y los recuerda con mucho orgullo, “fueron partidos difíciles, sobre todo el que tuvimos contra Universitario, los cuatro partidos que pude estar los viví con mucha intensidad”.

Ormeño también contó cuáles fueron las claves del plantel para obtener la copa y no dudó al señalar que “en el Monumental fuimos siempre fuertes y sacando un buen resultado de visita, en casa éramos ganadores cien por ciento. La Libertadores la conseguimos paso a paso”.